Haiku
“Pinceladas sobre tu
lienzo íntimo,
pinto
olores a invierno.”
Jose Costa es un poeta de Haiku, un tipo de
poesía Japonesa. La poética del haiku generalmente se basa en el asombro y la
emoción que produce en el poeta la contemplación de la naturaleza.
Era una tarde de invierno, Jose Costa paseaba por las
calles de Murcia contemplando los detalles de la estación, necesitaba
inspirarse para escribir versos en su página web Haiku.
El crepúsculo avanzaba con rapidez y Jose tuvo que dar
por finalizado su paseo. Las primeras gotas de lluvia cayeron sobre el
pavimento, en un momento estaba lloviendo a cántaros. Buscó un lugar para
resguardarse pero todo estaba cerrado, era una hora tardía. Vio la puerta de
un almacén abierta, corrió hacia ella y entró.
El local estaba lleno de lienzos de diferentes tamaños,
en ellos se recreaba la naturaleza. Quedó asombrado, parecía estar en todas las
estaciones del año a la vez, lluvia, primavera, otoño, tierra, bosque, hojas
caduca, sol, etc.
Al fondo del lugar, había una pequeña luz, se acercó
sin hacer mucho ruido. No se fiaba de quien pudiera encontrar, había entrado
sin llamar en territorio desconocido. Pero no, no era un demonio lo que
encontró, si no un ángel caído del cielo. Observó desde la distancia a una
pequeña mujer, en ropa interior, sentada en una banqueta de madera pintando al
invierno. Tenía el cabello recogido en una coleta alta y su cuerpo tenía
pequeñas manchas de pintura.
Jose Costa sintió como su pene crecía en el interior de
su pantalón, acababa de encontrar al Haiku de ese día, su inspiración. Debía
probar ese lienzo para sentir los versos en su cabeza y poder crearlos.
Carraspeó para no asustar a la joven. Maya, así se llamaba la muchacha, se giró
alertada por el sonido.
―¿Quién es usted?―dijo
mirando aquella sorpresa de hombre, pues los pezones también habían reaccionado
al verlo.
―La puerta estaba abierta y necesitaba
guarecerme de la lluvia, siento importunarla señorita…
―Maya, es mi nombre. No importa, mi hermana se habrá
dejado la puerta abierta al marcharse.
―¿No tiene frío?―preguntó
al verla en ropa interior.
―No, es mi manera de pintar. Me siento
cómoda así, pero si le molesta mi semi desnudez me taparé el cuerpo.
―No, por favor. Es usted tan bella como
sus cuadros, su pareja es un hombre con suerte.
―Mi cuerpo no tiene pintor, ¿querría
usted pintar mi lienzo?
Maya se sentía muy atraída por aquel hombre, tanto que
se desabrochó el sujetador, se lo quitó y le mostró sus pequeños pechos. Le
estaba ofreciendo el lienzo perfecto para dejar su huella como artista.
Jose Costa se desnudó de cintura para arriba, sin
quitarle ojo a Maya. Se acercó al filo de la mesa, con un dedo levantó su mentó
y la miró intensamente.
―Dime Maya… ¿quieres que dibuje tu
cuerpo?
―Quiero.
―Desnúdate y de rodillas en el suelo.
Maya obedeció, Jose abrió su bragueta y sacó su
miembro, recto, venoso y suave. Agarró de la coleta a la joven y la acercó a la
punta del glande.
La muchacha abrió la boca y con los labios rozó la
punta. Notar la textura de los labios de Maya hizo chirriar los dientes a Jose.
A continuación, sacó la lengua y lamió desde la base del pene hasta la corona. Jugó
un poco más con su prepucio haciendo círculos con la punta de la lengua,
después, se la metió hasta el fondo.
Jose, sin soltar su coleta, le folló la boca. Movió sus
caderas como si se tratase de la entrada de una vagina. Disfrutó, de ese primer
contacto. Ordenó a Maya que se levantara, la sentó en la mesa de trabajo y tocó
sus pechos, cabían perfectamente en sus grandes manos. Lamió un pezón y después
el otro. Maya arqueó su cuerpo de placer. Jose la tumbó en la mesa, se metió
entre sus piernas y con delicadeza le quitó la braga. Se las llevó a la nariz y
la olió aspirando su esencia, olía a invierno.
Maya estaba expectante, con la mirada brillante. Jose,
cogió un pincel y acarició su clítoris con el pasándolo suavemente. Dibujó
perversiones e hizo que Maya le suplicara que la penetrase, se estaba volviendo
loca con el pincel.
La acercó más al filo de la mesa, dejó caer los
pantalones al suelo, entrelazó sus muslos en sus brazos y sin hacerla esperar,
se hundió en su sexo. La respuesta fue al segundo, Maya contrajo sus músculos
atrapando con fuerza su miembro. Él echó la cabeza hacia atrás
complacido.
Follaron entre las estaciones y por fin le vino la
inspiración a Jose Costa. Un último empujón y pintó con semen el lienzo de Maya
Reus.
“Entre lienzos de invierno,
Te follé hasta colmarte
De placer”
con todo mi cariño para mis dos golfos , Maya Reus y Jose Costa, el cual tiene una web en Facebook de Haiku. Link.
https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=1672086523106193&substory_index=0&id=1504888196492694
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Me has dejado con la boca abierta... Muy bueno.
ResponderEliminarExcepcional. Gracias ;)
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