Los
Deberes de la Profe de Mates
Miguel llevaba un tiempo
preocupado por su hijo, desde hacía unas semanas sacaba muy malas notas en
calculo. No entendía el motivo, más cuando su hijo era brillante en
matemáticas.
Habló con el crío para
intentar encontrar una solución al problema, su hijo solo le decía que la culpa
la tenía la profesora de mates que la distraía. Sin comprender al niño, decidió
conectar una tutoría de la maestra.
El día llegó, se habían
citado a última hora de la tarde, cuando todas las clases hubiesen acabado.
Miguel llegó puntual a la hora citada. Entró en la clase vacía y esperó a la
profesora, la señora Paola.
Distraído, se puso a mirar
libros de una pequeña estantería cuando escuchó el sonido de la puerta. Se giró
y alucinó con la maestra, parecía la hermana gemela de Sofía Vergara, una mujer
de atributos exuberantes y belleza latina.
Al momento, supo el por
qué de las malas notas de su hijo. Hasta él no podría concentrarse ante tal
bocado delicioso. La maestra ajena a la mirada hambrienta de Miguel, se
presentó.
―
Buenas tardes, soy Paola la maestra de matemáticas de su hijo. ¿En qué puedo
ayudarle?
―
Verá, mi hijo a suspendido tres exámenes y creo saber la razón ―
dijo mirando su escote atrayente.
―
Creo que mis Lolas son las culpables ―
Paola bamboleó sus pechos con descaro ―
señor Miguel, soy consciente que provoco erecciones allá donde voy, pero su
hijo necesita controlar al pajarito.
― A
lo mejor la solución es que venga más tapadita a clase ―
no pretendía ser machista, le salió del alma.
―
¿No le gusta la carne? ― Paola se desabrochó un
botón enseñando más pechuga ― hagamos una cosa,
si usted es capaz de resistirse a mis encantos, vendré a trabajar en chándal
todos los días.
―
¿Cómo dice?
―
No digo… hago…
Paola cogió la regla de
encima de la mesa y le dio con ella en el paquete. Miguel no lo esperó, se
quedó sin palabras y excitado. La profesora se acercó a él pasándole la lengua
por sus labios carnosos, con un dedo levantó su mentón y preguntó <<8x4>> Miguel tragó saliva,
no pudo contestar; toda su inteligencia se concentraba, en ese momento, en la
punta del capullo.
Paola sonrió, pasó las
manos por debajo de su camisa, tenía los pezones duros y sin un ápice de
remordimiento le retorció los pezones con fuerza.
―
¡¡Auuu!! ― gritó Miguel alejándose de ella.
―
¿Seguro? ― señaló el bulto en sus pantalones.
Miguel se dio cuenta que
tenía la polla dura contra la tela del pantalón. Había conseguido excitarle. La
maestra levantó su falda y le enseñó el sexo desnudo con una pequeña cresta.
Encima del pubis tenía un
tatuaje que decía “69 es igual a sexo”, Miguel
se arrodilló, rendido a sus pies.
―
Chupa… ―
ordenó.
Anduvo de rodillas con el
pene tieso zarandeándose entre sus piernas. Olía a cítricos, esperó hasta que
Paola dijo <<Ahora>> sacó
la lengua y lamió preso del morbo y la excitación.
Comió el coño de la
maestra con alevosía, degustando sus jugos. Metió dos dedos en su sexo para
masturbarla mientras que con la lengua le acariciaba el clítoris.
Paula descubrió sus pechos
redondos y turgentes, los acarició a la espera de obtener un orgasmo. Se corrió
en su boca, agarró a Miguel del pelo y apretó su cabeza contra su coño
palpitante. Jadeante habló.
―
Te toca…
Colocó a Miguel con el
cuerpo doblado encima de su mesa y le abrió las piernas. Tenía el culo en pompa
y el ano a la vista. Paola cogió un bote de miel del bolso, que solía llevar
para echarle al café y le untó el culo. Miguel notó un dedo dentro de su culo
explorándole, le gustó esa sensación. La maestra cogió su pene con una mano y empezó
a masturbarle, ordeñando su rabo. Por otro lado, con una tiza, le folló el
culo. La dejó bien adentro y no le permitió que se la sacase. Perversa, siguió
dándole placer con las manos, hasta que se corrió gritando como un lobo en luna
llena.
La maestra le subió los
pantalones sin quitarle la tiza y le entregó una hoja en blanco.
―
En la próxima tutoría me traerá una redacción de lo aprendido hoy, vendrá con
la tiza metida en el culo y con la tabla del 8 aprendida.
Miguel no pudo negarse,
era imposible y fue a casa hacer los deberes. Estaba impaciente por volver a
verla.
Que Perversa mi tocaya 😈😈
ResponderEliminar