Viernes 13
“Jaqueline, la
destripadora de pollas”
En
Alemania existe una leyenda urbana sobre “la Destripadora de pollas”. Dicen que
es el espíritu de una joven judía que regresó de la tumba para vengarse de
todos los descendientes nazis.
Jaqueline
es una turista a que viaja por el mundo en busca de lugares abandonados o
encantados. La leyenda de la “Destripadora de Pollas” no se la cree, piensa que
es un invento para asustar a los pajilleros adolescentes alemanes, se sabe que
con el frío se masturban en cualquier parte. Creía más en el demonio que en
esas chorradas.
El
propósito a Alemania, era para visitar los campos de concentración y poder
experimentar algún fenómeno paranormal y documentarlo. Fue a visitar “Auschwitz”,
el lugar era desolador, terrorífico y escalofriante. Jaqueline estaba
emocionada, quería contactar con el más allá y preguntar sobre sus muertes.
Paseando
entre los barracones, vio una figura fantasmagórica de una mujer en mitad de la
calle vestida con ropas antiguas. Parecía inexpresiva.
De
pronto, aquella mujer, le indicó silencio llevándose el dedo a la boca. Se subió
la falda y le enseñó el pubis repleto de vello. Sonrió de forma lasciva y se
fue corriendo a un barracón.
Jaqueline
que se había quedado blanca ante tal descaro, siguió a la mujer curiosa por
saber la razón de tal acto.
Al
entrar en uno de los barracones, vio a la misma mujer pero sin ropa tumbada en
un camastro. Se abrió de piernas y se orinó levantando las caderas mientras
reía como una histérica.
La
joven turista se asustó, aquello no le gustaba. Fue a dar media vuelta cuando
sintió un golpe en la cabeza. Se desplomó inconsciente en el suelo.
Un
olor a quemado hizo regresar a Jaqueline del reino de Morfeo, abrió los ojos y
vio a dos mujeres desnudas mirándola con los ojos muy abiertos, parecía que no
tuvieran párpados. La joven miró a su alrededor y reconoció la cámara de gas. Entró
en pánico, quiso levantarse pero sintió las extremidades sujetas con cuerdas. Aquellas
dos la habían apresado en una cruz Esvástica.
Jaqueline
se temió lo peor pero… lo que ocurrió a continuación la convertiría en la
leyenda de la “Destripadora de Pollas”.
Intentó
forcejear pero era inútil. De repente, se proyectaron imágenes muy duras en la
pared, eran secuencias de las barbaridades cometidas en el campo de
concentración.
Jaqueline
absorta, no se dio cuenta que la boca de una de ellas estaba comiéndole,
literalmente, el sexo. Mientras, la otra mujer le chupaba los pezones. Era una
tortura ver y oír aquel horror y a la vez sentir como sus partes se iban
humedeciendo. Gritó y gimió al mismo tiempo, sintiendo rabia y placer hasta
derramar su orgasmo entre sus piernas. Los fluidos chorrearon por su muslo.
Miró
aquellas dos con los ojos ensangrentados y con la cordura destrozada. Lo único
que ansiaba era matar para después correrse de gusto.
Las
mujeres, pertenecían a la organización secreta judía “Muerte al Nazi”. Instruían
jóvenes con la técnica del horror y placer para hacerlas unas auténticas
asesinas.
Su
misión en la vida era dar caza a los descendientes cabrones que seguían los
pasos de sus antepasados. La leyenda se convirtió en verdad. Jaqueline fue
directa a por su primera víctima, un hijo de puta que seguía amando a la Alemania
Nazi.
Hacía
un frío infernal y una luna llena inmensa. La Destripadora de Pollas entró en
casa del alemán sin hacer ruido. El olor a jabón la alertó de que aquel cabrón
se estaba dando un baño.
Efectivamente,
se encontraba en la bañera con los ojos cerrados. Jaqueline se desnudó y se
metió dentro del agua. El alemán al notar la presencia de alguien. Abrió los
ojos asustado, se encontró con la mirada de una joven viciosa.
Supuso
que era un puta que se había colado en su casa, pues en la calle hacía unas
temperaturas bajo cero. Aprovechó la ocasión, sexo gratis, llevó las manos a
sus pechos y los tocó rozando con los pulgares los pezones. Su polla creció
rozando con el glande la entrada del sexo. Levantó un poco las caderas y la
penetró. Fornicaron dentro del agua.
Jaqueline
se corrió entre espasmos activando el modo perverso. Aquellas imágenes infectaron
su mente ansiando matar. La Destripadora, sumergió la cabeza en el agua para comerle
la polla. El alemán cogió su cabeza y apretó con fuerza sin importarle que
podía ahogarla, total, era una zorra viciosa.
Relajado
gracias a su perversa boca, gritó como un cerdo por el placer pero le duró
poco. Jaqueline mordió su pene con fuerza clavándole los dientes en su carne
blanda y movió la cabeza hacia los lados para desgarrar su instrumento viril.
La
bañera se tiñó de rojo, de entre las aguas surgió Jaqueline bañada en sangre y
con la polla en la boca. El alemán gritaba de dolor y horror. Harta de escuchar
sus lloriqueos, cogió el cuchillo que llevaba atado al gemelo y se lo clavó en
un ojo matándolo al instante.
Antes
de abandonar la escena del crimen, le hizo una Esvástica en la frente con el
cuchillo.
Fantastico
ResponderEliminarDuro trabajo el de Jackeline... por desgracia hay mas nazis que longanizas...
ResponderEliminarAdemás debe desmoralizar mucho saber que mientras ella venga la masakre que se hizo a su pueblo... Su pueblo se dedica a masakrar al pueblo Palestino mientras el mundo supuestamente civilizado mira hacia otro lado... ¡Qué verguenza y que asco, Hoy en dia la estrella de david es equivalente a la esvastica. Y los gobiernos de occidente cómplices pasivos... cuando no activos. La historia se repite... quienes fueron víctimas, hoy son verdugos...
Demasiadas pollas para una sola Jackelin...